sábado, 12 de abril de 2008

La Hora azul, de Alonso Cueto

por Carlos

      Cueto nació en Lima en 1954. Ha escrito algunas colecciones de cuentos y ha tenido un considerable éxito de crítica con la novela Grandes Miradas (2005), publicada por Anagrama. En Noviembre de 2005 obtuvo, con La hora azul, el premio Herralde.

      Cueto nos cuenta en esta novela la historia de un abogado limeño de éxito cuyo padre, comandante de la marina peruana, tomó parte en la represión de los senderistas en Huamanga. Sus hombres secuestraron una serrana muy joven para él que, después de pasar un tiempo indeterminado con el comandante, consiguió huir del cuartel. Con ocasión de la muerte de su madre, el abogado recuerda que su padre, al morir años antes, le había pedido que buscase a esa chica, que había huído (según se sabe luego) embarazada de él.

      El abogado se obsesiona con la búsqueda de esa mujer a quien encuentra en una peluquería limeña. Se llama Miriam. Acaba sintiendo una enfermiza dependencia de ella, que pone en cuestión la vida burguesa que el abogado lleva. Finalmente Miriam muere (o se suicida) y deja huérfano al hijo (probablemente el hermano del abogado). Él trata de ayudarlo con dinero durante su juventud, pero sin atreverse a llevarlo a su casa.

      El estilo que utiliza Cueto es bastante simple. Se basa en gran parte en los diálogos, que tienen un trazo de oralidad cotidiana. No hay en esa novela una prosa característica de un autor inolvidable. Por otra parte, la novela está llena de detalles que no llevan a ninguna parte, incluido el viaje a Ayacucho del abogado, o el personaje Guiomar, una misteriosa chica que aparece y desaparece sin influir en la trama. Es como si Cueto hubiera tratado de escribir más hojas, o pagar con alusiones.

      La novela en general se deja leer, pero no es una obra inolvidable. Una chica misteriosa (aquí hay dos) siempre resulta atrayente. Pero no hay gran cosa aparte de eso para mantener la intriga

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